viernes, 23 de octubre de 2015

Articulo Mary A. Peña



 Lcda. Espec. Mary Angelina Peña Triviño, participante de la materia: Comportamiento y Desarrollo Organizacional, cuyo facilitador es el profesor Tulio Carrillo, de la Universidad Nororiental “Gran Mariscal De Ayacucho” del Programa de Maestría, Mención Gerencia Educativa, en Mérida, edo. Mérida. Actualmente, ejerciendo como docente de aula desde el año 2003 en una escuela ubicada en el hermoso páramo merideño. Parte de los aprendizajes consolidados en la mencionada materia, se reflejan en el siguiente ensayo:
El comportamiento y desarrollo organizacional.
 Las organizaciones empresariales, y más aun las escolares, requieren realizar una serie de cambios y adaptaciones que les permitan dar respuesta a las demandas externas; en las instituciones educativas además emerge una realidad organizacional que está influenciada por el estilo del liderazgo, la motivación o desmotivación, el nivel de compromiso por parte del personal que las integran, el ambiente multicultural, entre otros factores que tienden a afectar el equilibrio interno de la misma, no obstante esta realidad no la mantiene exenta de su compromiso social, de representar una fuerza de trabajo con la misión de transformar la realidad, de fomentar valores y de contribuir en la formación de individuos capaces de desenvolverse en la sociedad y contribuir con su desarrollo.
Según  Chiavenato (2009:6) explica que "El Comportamiento Organizacional retrata la continua interacción y la influencia recíproca entre las personas y las organizaciones",  "Es una disciplina académica que surgió como un conjunto interdisciplinario de conocimientos para estudiar el comportamiento humano en las organizaciones". Por tanto, es  compromiso del  gerente educativo conocer las formas en que influye el comportamiento de las personas en la organización escolar, implementar estrategias para mejorar la calidad y productividad, también para la resolución de conflictos, empoderar la toma de decisiones y la actuación en pro de la organización.
En este sentido, la motivación que se puede definir como una fuerza o energía interna que activa e impulsa al individuo hacia el logro de una meta establecida de manera intencionada,  y que es estimulada en dependencia de algunos factores externos, también de su escala de valores y la concepción sobre su manera de vivir; influye de manera determinante (entre otros aspectos) en el comportamiento y desarrollo organizacional. La motivación surge de necesidades superiores, según Chiavenato (2000) tales como: pertenencia, autoestima y autorealización.
Uno de los elementos claves para motivar a los individuos que todo gerente educativo debe poner en práctica, es implementar una comunicación asertiva, en un ambiente participativo y de reconocimiento del otro, a través de la escucha activa y el contacto visual que en primera instancia posibilite el establecimiento de metas organizacionales comunes y concretas, para activar el comportamiento de los individuos, en un clima de relaciones interpersonales satisfactorias, de colaboración y compromiso. De igual manera el gerente debe descubrir cuáles son las fuerzas que los impulsan, para potenciarlas lo que se traduce en la valoración del otro. Aunque actualmente, es común encontrar un clima laboral escolar donde predomina la frustración, la apatía, el desinterés, la agresividad, la disconformidad entre los empleados, se agudiza con mayor énfasis la necesidad de implementar estrategias que motiven a los docentes a cumplir con las metas escolares, en un ambiente de relaciones interpersonales satisfactorias, fomentando el interés y la colaboración mutua que permita aceptar el esfuerzo que implica alcanzar los objetivos comunes.
Mapa mental elaborado por la participante referente a la motivación y el clima organizacional.









Mapa mental elaborado por el equipo en el aula de clases.




















El conflicto y el clima organizacional.

En otro orden de ideas, demás está mencionar que un considerable porcentaje del tiempo laboral del gerente educativo, lo emplea en atender y resolver situaciones conflictivas de diversa índole y su impacto en la organización que lidera. Generalmente, los mismos surgen de discrepancias personales o de grupos que causan choques o desacuerdos, lo cual es muy usual  e inclusive podría decirse que es  inherente al clima organizacional, no obstante lo verdaderamente sustancial es que el líder los aborde en la medida que se van presentando, para ello debe ser flexible, abierto a los cambios, capaz de trabajar en equipo, con autoestima e inteligencia emocional, aunque esto es poco común y no tan fácil de alcanzar. No obstante, un líder capacitado, estratega y con conocimiento sobre el impacto del estilo de su liderazgo implementa técnicas variadas para la resolución de los conflictos, entre ellas se menciona:
La técnica de los seis sombreros, desmenuzar el problema, buscar las causas de los mismos, aplicar el APO :  alternativas, posibilidades y oportunidades.
Para ello es importante que el gerente educativo conozca que toda organización presenta dos estructuras: la explícita y la informal, determinada ésta última por las relaciones interpersonales, y que por nuestra naturaleza humana son más proclives a suscitar conflictos. Por tanto, el líder debe enfocarse en generar una dinámica grupal integracionista, de reconocimiento del otro, basada en el diálogo, con normas colectivas claras y definidas en consensos, donde las relaciones no se basen en el poder autocrático, por el contrario que reconozca el talento humano, para orientarlo hacia el éxito y la calidad en la productividad laboral.

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