jueves, 22 de octubre de 2015

ESTRATEGIAS PARA EL MANEJO DE CONFLICTOS

AUTOR:
LCDO. FELIX EMIRO AVENDAÑO ROSALES
C.I.  13.577.388

La razón de ser de toda organización es lograr metas, y por consiguiente, esos resultados influyen en cómo está estructurada y cómo está administrada la organización. Es por ello que, la manera en la que las personas y grupos entienden el objetivo central es determinante para explicar sus acciones dentro de la organización. Así vemos, que en los distintos campos de la actividad en la empresa, nos estamos relacionando constantemente con personas o con grupos de personas con las que suele darse un mayor o menor contraste de intereses. A estas discrepancias, en el campo de la gerencia organizacional, se le denomina conflicto.
Al respecto, el conflicto organizativo “es un desacuerdo entre dos o más miembros de una empresa debido al hecho de que han de compartir recursos escasos o realizar actividades; también puede originarse del hecho de que poseen estatus, metas, valores o ideas diferentes”.  (Ralf Dahrendorf, 1929)
Muchos autores coinciden en que no hay crecimiento organizativo sin conflicto, y toda situación de aparente falta de conflictividad no es otra cosa que un breve lapso en el transcurso de la vida organizativa hacia otra situación más o menos conflictiva. Lo que nos indica, que el conflicto es inherente a la vida de toda organización, y de todo individuo. La importancia de este asunto radica en saber detectar qué tipo de conflicto se está gestando bajo el seno de la organización y cómo se pudiera resolver para sacarle provecho. En otras palabras, lo más importante es cómo se maneja el conflicto y cuáles son los resultados.
En tal sentido, resulta imprescindible conocer las estrategias, métodos y procedimientos para la resolución de conflictos, ya que el dominio de muchas situaciones, se convierte en un instrumento fundamental para el logro de los objetivos trazados y así alcanzar el éxito en las empresas.
Entonces, tenemos que determinar si el conflicto será funcional, es decir, si hace crecer,  o por el contrario, disfuncional, si paraliza la vida en la organización.
En todo caso, con el fin de maximizar la eficacia en la resolución de conflictos, una persona debe tomar en consideración enfoques diferentes:
Al respecto, para generar soluciones alternativas, tendríamos que cultivar, en primera instancia, el principio de cantidad. Este sugiere que mientras más soluciones alternativas se produzcan, existirán más ideas de buena calidad, aumentando de este modo la probabilidad de descubrir la mejor solución. En segundo lugar,  el principio de dilación del juicio, en el que la imaginación se utiliza para crear soluciones alternativas; el juicio se utiliza para clasificar y valorar estas soluciones. Y en tercer término, el principio de variedad, éste defiende que mientras mayor sea la variedad de soluciones, mejor será la calidad de las ideas obtenidas.
Dentro de las estrategias a utilizar para la resolución de conflictos, tenemos que obrar con astucia y previsión. Así, una táctica a utilizar es el reconocimiento: es decir, estar de acuerdo con el crítico y sus opiniones. Esta manera tiene la finalidad de detener o interrumpir la crítica. Solo debe emplearse cuando las objeciones parezcan razonables y hayan sido formuladas con el ánimo de ayudar. En este sentido, debe decirle que tiene la razón, si la critica fuera apropiada, debe agradecerse explicando, además, con humildad, su punto de vista.
Otra estrategia que se emplea cuando la crítica no es constructiva ni precisa es el acuerdo simbólico. Al respecto, se debe considerar la posibilidad de que lo que dice pueda ser correcto. Luego se hace una evaluación critica si ¿eran malintencionados o había de ellos algo de verdad?
Otra estrategia es el método del sondeo. Se utiliza para personas con críticas poco claras y contradictorias. Con este método, escuche atentamente su razonamiento, deje que se quede sin palabras, él mismo terminará por reconocerlo, si la crítica es vaga, se debe exigir su aclaración, expresando qué pretende. Si la discusión continua, es mejor retirarse.
También se utiliza otra táctica en caso de que no haya comprendido los argumentos, o considere que necesita madurarlos, aquí debe recurrir a la técnica de la demora, en este caso, no sienta prisa para dar ninguna respuesta y resérvese el derecho de contestar mas tarde.
En fin, son variadas las estrategias a utilizar dependiendo del tipo de conflicto. Por ejemplo, la estrategia de complacer, esencialmente implica darle a la oposición lo que quiere. Este tipo de estrategia se genera cuando se quiere mantener la paz o se persigue el problema como algo menor. Igualmente la técnica de evitar, que busca posponer el conflicto indefinidamente. O como también, la técnica de la colaboración, que funciona integrando ideas por muchas personas. El objetivo de esta técnica es encontrar una solución creativa que sea aceptada por todos. Así mismo, la estrategia de compromiso, requiere que ambos lados renuncien a elementos de su posición para establecer una solución aceptable y conveniente.
Es ineludible reconocer que en toda organización existen conflictos, pues son parte de la existencia del ser humano, de su interacción con el otro, con la sociedad y con el mundo que lo rodea. Por tanto, no está exento de encontrarse en su largo devenir con conflictos de diferente naturaleza. Razón por la cual, no debe tomarse los conflictos por su parte negativa, sino que expresado en términos positivos, se analizará a fondo sus ideas, mejorando sus juicios. El secreto radica en conocer las claves para abordar cada situación, donde el resultado sea satisfactorio para ambas partes. Teniendo claridad y dando los pasos necesarios para pacificar a los implicados, puede cambiar una situación competitiva en una situación con elementos de ganar-ganar.

Referencias  electrónicas:
Ralf Dahrendorf. Estrategias para el manejo de conflictos, 1929.
http//­ herramientasgerencialesactuales.blogspot.com


MAPA MENTAL




No hay comentarios:

Publicar un comentario