Lcda. María Alejandra Oliveros
C.I. Nro: 11466386
INFLUENCIA DEL
LIDERAZGO TRANSFORMADOR
EN EL DESARROLLO Y EL
COMPORTAMIENTO ORGANIZACIONAL
Las organizaciones educativas están inmersas en un mundo complejo de
relaciones personales que facilitan o entorpecen el desarrollo de las
actividades propias de la organización. Dentro de este mundo complejo, además,
se debe tener en cuenta el funcionamiento del establecimiento, que debe poseer
ciertas características y cumplir con un cronograma de actividades designados
desde el organismo central.
Al hablar de líder, nos referimos a las personas encargadas de dirigir
una organización; es la persona que guía, orienta, trasforma y modela las
organizaciones, tomando en cuenta la visión de la misma y el camino hacia donde
debe dirigirse en el futuro. Esa visión clara, junto con unos objetivos bien
definidos y una programación flexible y dinámica, permiten al líder construir
junto a su equipo de trabajo, una organización que funciona eficientemente,
para satisfacer las necesidades de un colectivo, de una sociedad.
Desde el punto de vista educativo el encargado de guiar y dirigir
eficientemente la institución es el directivo, quien funge como el líder,
gerente y cabecilla de la organización. De su actuación pertinente, eficaz y
equilibrada, depende que las relaciones interpersonales dentro del
establecimiento educativo sean armónicas y enfocadas en favorecer el desarrollo
integral de los individuos que día a día acuden al plantel. Por el contrario,
si el gerente de la institución, satisface las necesidades individuales de un
grupo, esto generará su vez un clima desfavorable dentro de la organización, lo
cual entorpecerá todo el proceso.
Es importante destacar, que las organizaciones educativas, deben
cumplir con un cronograma de actividades establecidas a nivel central por el
ente rector, sin embargo, es tarea del líder de la organización, garantizar el
fiel cumplimiento de los requerimientos educativos, en un ambiente de igualdad,
equilibrio, respeto, confianza y pertinencia dentro de la realidad social en
donde está establecida la institución educativa.
Ser confiable, serio, responsable, democrático, tolerante,
equilibrado, justo, etc, son algunas de las características que un líder debe
desarrollar dentro de su gestión como administrador de una organización, ya que
esto le permitirá proyectar de manera positiva, los planes y proyectos, y a su
vez, tendrá mayor receptividad de parte del colectivo el cual dirige.
Las relaciones interpersonales dentro de las organizaciones
educativas, constituyen todo un mundo de posibilidades tanto positivas como
negativas, ya que el ser humano se hace presa de sus emociones y estas, rigen
en muchos casos, el camino de su vida profesional. Sin embargo, al contar con
un líder capaz de mediar con las particularidades de cada una de las personas a
las cuales dirige, puede convertir las debilidades en fortalezas y las
individualidades en trabajo en equipo, para así lograr un equilibrio dentro de
la organización que le permita, cumplir con los requerimientos exigidos a nivel
central y llevar la organización a niveles superiores de eficiencia educativa.
Es importante que el líder de la organización educativa, tenga en
claro cuál es el propósito, las necesidades, las debilidades y fortalezas de su
equipo de trabajo, para así lograr involucrar positivamente al personal en su
proyecto de institución. Debe tomar en cuenta que las particularidades de cada
individuo y su interacción libre con el entorno social que los rodea pueden
generar conflictos dentro de la organización y que para ello existen diversas técnicas
que permiten resolverlos de una manera eficaz y eficiente, sin necesidad de
llegar a instancias jurídicas. Del mismo modo, debe tener presente que es
posible mejorar las habilidades de los individuos desarrollando la empatía,
como clave en las relaciones interpersonales dentro de un equipo de trabajo.
Cada ser humano es importante dentro de la organización, y así debe sentirse
para lograr un equilibrio emocional laboral, que le permita desarrollarse
cómodamente en su trabajo y así cumplir con las expectativas exigidas en su
perfil profesional.
La actividad educativa, es más que dar y recibir clases en un espacio
determinado. Se trata de motivar a colectivo, de enamorarlos del proceso
educativo, que sientan la necesidad de hacer las cosas bien para trasformar la
sociedad con acciones desde el aula, desde las coordinaciones, o desde el
sillón del ministerio. Educar para la vida, educar en valores, y sobre todo educar
desde la acción individual para ser verdaderos agentes de cambio y
trasformación. El líder educativo, está en las aulas, en los pasillos, en las
áreas de mantenimiento y vigilancia, en las direcciones y coordinaciones, solo
falta concentrar en un fin común ese cumulo de acciones positivas que hacen de
una institución una gran institución, una gran familia, acorde con las
necesidades de la sociedad.
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